La comunicación oral y su importancia dentro del proceso docente
La
comunicación, es un proceso complejo y global del que la educación es solo
parte y el lenguaje verbal, uno de sus componentes, aunque quizás el más
significativo y eficaz para el ser humano. Dentro de la comunicación verbal, la
oral merece una atención especial en todas las instituciones educativas, ya sea
por la frecuencia de uso (siendo esta mayor que el de la escrita) como también
porque la tradicional falta de sistematización de los procesos y
formalizaciones de la enseñanza y el aprendizaje en este campo, exige un
innovador esfuerzo en cuanto al rigor metodológico para el diseño de materiales
didácticos específicos, así como para la concreción de los instrumentos de
evaluación. Siendo el proceso docente educativo el que prepara a los estudiantes
para insertarse en una sociedad democrática como la nuestra, cuyos principios
se sustentan en la participación activa, la tolerancia, el respeto para una
convivencia plural que reclama la práctica en la toma de la palabra, el diálogo
y la escucha.
En la
enseñanza –aprendizaje hay que tener en cuenta la lengua actual, permitiéndole
al docente elevarse desde la realidad lingüística inmediata, próxima, real que
utiliza el alumno como usuario de la lengua, hasta los niveles en que este
perciba que la lengua puede convertirse en una gran obra de arte. La
enseñanza-aprendizaje se realiza como un diálogo real y fructífero, basado en
la convicción de que los hábitos verbales son modificables y por consiguiente,
mejorables.
La
comunicación oral implica dos tipos de aprendizajes: uno, el dominio
instrumental de la lengua (fonético, morfológico, semántico), otro el de la
comprensión-expresión positivas de vivencias, sentimientos o pensamientos.
“La lengua
oral debe ser urgentemente considerada por la pedagogía lingüística porque es
parte esencial del desempeño del hombre en la sociedad.”
Ese
desempeño, materializado en sus comunicaciones orales nos obliga a que desde el
punto de vista didáctico establezcamos una distinción entre expresión y
comunicación indisolublemente ligadas, pero no en estatus de sinónimos. Si
pensamos en términos de expresión nos conduce a detenernos en “qué dice” y
“como lo dice” (correlación en la que tradicionalmente se ha centrado el
interés en la praxis de la expresión oral); por su parte pensar en términos de
comunicación incorpora el “porqué” y “para qué” lo que condiciona el
tratamiento de “intenciones” y “finalidades” comunicativas adecuadas a
diferentes tipos de textos.
Para
perfeccionar la didáctica de la lengua oral se ha de ir a cinco direcciones
fundamentales:
1- La determinación de estrategias
metodológicas diferentes según los tipos de comunicación oral.
2- Trazado de acciones didácticas que
posibiliten la adecuación del uso lingüístico a circunstancias de
improvisación.
3- Atender a un equilibrio de calidad
idiomática y efectividad comunicacional.
4-
Establecer relaciones entre gramática y oralidad.
5- Atender
al papel de la interdisciplinariedad en el perfeccionamiento de la expresión
oral.
La
determinación de estrategias metodológicas diferentes según los tipos de
comunicación oral:
Los tipos
de comunicación oral más frecuentes en la práctica de la clase son:
exposiciones previamente elaboradas y conferencias, con el fin de lograr
seguridad comunicativa, búsqueda de expresión coherente, ampliación del
repertorio léxico-semántico, adiestramiento en artículos diferentes, tipos de
informaciones.
Al hablar,
utilizamos la expresión oral. Es la forma más empleada por el hombre para
representar mediante las palabras, acompañada de gestos y entonación, sus
conocimientos, ideas o sentimientos, también la usamos para relacionarnos con
los demás y hacernos comprender.
Formas de
la expresión oral:
Espontánea
Reflexiva
Nos
expresamos oralmente, de forma espontánea, para llamar la atención de quiénes
nos rodea; narrar lo que nos ha ocurrido, expresar nuestros sentimientos,
deseos estados de ánimo o problemas, argumentar nuestras opiniones o manifestar
nuestros puntos de vista sobre los más diversos temas: La expresión espontánea
por excelencia es la conversación, que utilizamos en las situaciones cotidianas
de la vida.
Cuando
exponemos de forma reflexiva algún tema lo hacemos generalmente, aunque no
siempre de forma objetiva, tras haberlo pensado y analizado detenidamente.
Utilizamos esta modalidad expresiva en los discursos académicos, conferencias,
charlas, etc. y algunos programas de los medios de comunicación.
Expresión oral espontánea:
La
principal finalidad de la expresión oral espontánea es la de favorecer el
rápido intercambio de ideas entre las personas, pero puede tener otras. La
persona que habla es el centro del discurso coloquial, dirigido a un “tú” que
escucha. A su vez el “tú” se convierte en “yo” cuando le contesta.
La
estructura del discurso es generalmente abierta, ya que el texto se elabora en
el momento mismo en el que se habla. El emisor puede variar su discurso, puede
alargarlo a acortarlo en función de la reacción que causa en el que lo escucha.
La
expresión oral por lo general es dinámica, expresiva innovadora. Cobra en ella
gran importancia el acento el tono y la intensidad dados a cada palabra o
frase, porque atraen o refuerzan la atención del oyente. La modulación de la
voz, los gestos los movimientos de nuestro rostro y cuerpo, ayuden a comprender
el verdadero significado del discurso; también influyen la intensión y el
estado de ánimo de quién habla.
En la
expresión oral se reflejan las variedades lingüísticas geográficas, sociales y
de estilo, que ponen de manifiesto la procedencia y la cultura de quién se está
expresando.
Al estar
el discurso poco elaborado, en la expresión oral son frecuentes:
Ø Las interrupciones momentáneas,
repeticiones, incoherencia y divagaciones.
Ø Las palabras comodín.
Ø Las muletillas.
Ø Las locuciones (grupos de palabras), los refranes o frases hechas.
Ø Las expresiones interrogativas y exclamativas.
Ø Las incorrecciones lingüísticas.
Ø Los errores de concordancia.
Ø Las frases sin terminar.
Ø Las metáforas coloquiales.
Ø Los sufijos diminutivos o aumentativos.
Ø Las intensificaciones.
Ø Las fórmulas de apertura o cierre de la conversación.
Ø Las fórmulas expresivas para mostrar conformidad, desacuerdo, enfado.
Ø Las palabras comodín.
Ø Las muletillas.
Ø Las locuciones (grupos de palabras), los refranes o frases hechas.
Ø Las expresiones interrogativas y exclamativas.
Ø Las incorrecciones lingüísticas.
Ø Los errores de concordancia.
Ø Las frases sin terminar.
Ø Las metáforas coloquiales.
Ø Los sufijos diminutivos o aumentativos.
Ø Las intensificaciones.
Ø Las fórmulas de apertura o cierre de la conversación.
Ø Las fórmulas expresivas para mostrar conformidad, desacuerdo, enfado.
La
expresión reflexiva:
Estudiantes en actitud de reflexión grupal. |
La función
es la de atraer, conversar o persuadir al oyente, La estructura del texto y la
propia construcción sintáctica están más elaborados en la expresión oral
espontánea. El vocabulario es más amplio, escogido y variado. El registro
lingüístico tiende a ser culto.
Cuando
conversáis estás entablando un diálogo, la forma de comunicación más directa en
el que uno habla y otro responde, rebatiendo, refirmando o completando los
planteamientos que se presentan. Es además
un método ideal par a conocer a los demás e intentar solucionar problemas.
Quizás en
el mundo actual se echa en falta algo más de diálogo. El diálogo,
forma bipersonal básica de comunicación humana, es usado a diario y de forma
espontánea durante de la clase, favoreciendo con su uso la socialización y el
desarrollo de pautas de convivencia, así como también puede despertar interés
por la transmisión oral.
Según
Titote, R., el diálogo como intercambio oral y afectivo requiere: (----) ü “ Una
presencia activa bipolar que exige, por consiguiente, una suficiente igualdad
entre ambos interlocutores; ü Una
alternancia en las réplicas y por consiguiente, un movimiento circular o
bidireccionar; ü Un
intercambio de información poseída tan sólo en parte o no poseída en lo
absoluto; ü Una
forma lingüística específica que privilegia determinadas estructuras
sintácticas; ü Una
concatenación sintáctico-contextual de las contestaciones, por lo cual el
discurso presenta una cohesión y coherencia interna”.
Por todos
resulta conocida la importancia del diálogo en una educación individualizada e
integral, ya que en dicha educación, el principio pedagógico del aprendizaje es
la acción, la cual ha de tenerse en cuenta para diseñar actividades que ayuden
a los alumnos a aprender a interpretar y comprender cabalmente los mensajes
para así lograr una mejor comunicación oral.
El diálogo
es un tipo de discurso idóneo que puede ser aprovechado en aulas obladas o no
donde se desarrollen las asignaturas de formación básica y de la especialidad
para realizar intercambios constantes entre los estudiantes. Los docentes están
en constante diálogo con los alumnos desde que llegan al aula y saludan,
preguntan sobre un tema, revisan un ejercicio escrito u organizan un trabajo
investigativo; en todo momento, por cualquier circunstancia, se origina un
diálogo y quizás, no siempre son aprovechadas las oportunidades para afianzar
destrezas específicas.
Esto
interesa para resaltar la importancia que reviste el uso del diálogo con fines
curriculares, pues, más que el intercambio entre dos personas, persigue un
objetivo didáctico que consiste en trabajarlo no sólo como tipo de discurso,
sino –y esencialmente- como técnica para potenciar el habla.
Se puede
referir que el análisis de la comunicación por medio del lenguaje oral requiere
tener en cuenta elementos relativos a la producción del habla los cuales
intervienen en la determinación de la efectividad de la comunicación.
Analizar y
organizar las ideas antes de comunicarlas, utilizar un lenguaje sencillo,
directo, teniendo en cuenta el nivel del interlocutor, explicar o repetir, ser
paciente para escuchar a los demás, verificar si fue captado el mensaje, cuidar
la voz, la dicción, escogiendo un ritmo adecuado para hablar, son a modo de
conclusión algunas recomendaciones que se deben tener en cuenta para favorecer
la comunicación oral.
Bibliografía:
Báez
García, Mireya. Hacia una comunicación más eficaz. Editorial Pueblo y
Educación. Cuba. 2006.
Figueredo
Escobar, Ernesto. Técnica del habla. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de la
Habana, 1989.
González
Castro, Vicente. Profesión: comunicador. Editorial Pablo de la Torriente.
Ciudad de la Habana, 1989.
Plan de
estudio de la carrera de Comunicación Social. Universidad de la Habana.
Ruiz Iglesias, Magalys.
Didáctica del enfoque comunicativo. Méjico, 1999.
[1]
Queremos hacer notar que este documento no es de nuestra autoría y, por tanto,
no nos pertenecen los derechos autorales. Solo lo presentamos para el consumo de
mis estudiantes de Lengua Española en la universidad. Este trabajo esta calzado
con la firma de sus autores, manteniendo todos los derechos autorales.
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