lunes, 28 de mayo de 2012


La comunicación oral y su importancia dentro del proceso docente



La comunicación, es un proceso complejo y global del que la educación es solo parte y el lenguaje verbal, uno de sus componentes, aunque quizás el más significativo y eficaz para el ser humano. Dentro de la comunicación verbal, la oral merece una atención especial en todas las instituciones educativas, ya sea por la frecuencia de uso (siendo esta mayor que el de la escrita) como también porque la tradicional falta de sistematización de los procesos y formalizaciones de la enseñanza y el aprendizaje en este campo, exige un innovador esfuerzo en cuanto al rigor metodológico para el diseño de materiales didácticos específicos, así como para la concreción de los instrumentos de evaluación. Siendo el proceso docente educativo el que prepara a los estudiantes para insertarse en una sociedad democrática como la nuestra, cuyos principios se sustentan en la participación activa, la tolerancia, el respeto para una convivencia plural que reclama la práctica en la toma de la palabra, el diálogo y la escucha.

En la enseñanza –aprendizaje hay que tener en cuenta la lengua actual, permitiéndole al docente elevarse desde la realidad lingüística inmediata, próxima, real que utiliza el alumno como usuario de la lengua, hasta los niveles en que este perciba que la lengua puede convertirse en una gran obra de arte. La enseñanza-aprendizaje se realiza como un diálogo real y fructífero, basado en la convicción de que los hábitos verbales son modificables y por consiguiente, mejorables.

La comunicación oral implica dos tipos de aprendizajes: uno, el dominio instrumental de la lengua (fonético, morfológico, semántico), otro el de la comprensión-expresión positivas de vivencias, sentimientos o pensamientos.
“La lengua oral debe ser urgentemente considerada por la pedagogía lingüística porque es parte esencial del desempeño del hombre en la sociedad.”

Ese desempeño, materializado en sus comunicaciones orales nos obliga a que desde el punto de vista didáctico establezcamos una distinción entre expresión y comunicación indisolublemente ligadas, pero no en estatus de sinónimos. Si pensamos en términos de expresión nos conduce a detenernos en “qué dice” y “como lo dice” (correlación en la que tradicionalmente se ha centrado el interés en la praxis de la expresión oral); por su parte pensar en términos de comunicación incorpora el “porqué” y “para qué” lo que condiciona el tratamiento de “intenciones” y “finalidades” comunicativas adecuadas a diferentes tipos de textos.

Para perfeccionar la didáctica de la lengua oral se ha de ir a cinco direcciones fundamentales:

1- La determinación de estrategias metodológicas diferentes según los tipos de comunicación oral.
2- Trazado de acciones didácticas que posibiliten la adecuación del uso lingüístico a circunstancias de improvisación.
3- Atender a un equilibrio de calidad idiomática y efectividad comunicacional.
4- Establecer relaciones entre gramática y oralidad.
5- Atender al papel de la interdisciplinariedad en el perfeccionamiento de la expresión oral.

La determinación de estrategias metodológicas diferentes según los tipos de comunicación oral:

Los tipos de comunicación oral más frecuentes en la práctica de la clase son: exposiciones previamente elaboradas y conferencias, con el fin de lograr seguridad comunicativa, búsqueda de expresión coherente, ampliación del repertorio léxico-semántico, adiestramiento en artículos diferentes, tipos de informaciones.

Al hablar, utilizamos la expresión oral. Es la forma más empleada por el hombre para representar mediante las palabras, acompañada de gestos y entonación, sus conocimientos, ideas o sentimientos, también la usamos para relacionarnos con los demás y hacernos comprender.

Formas de la expresión oral:

Espontánea
Reflexiva

Nos expresamos oralmente, de forma espontánea, para llamar la atención de quiénes nos rodea; narrar lo que nos ha ocurrido, expresar nuestros sentimientos, deseos estados de ánimo o problemas, argumentar nuestras opiniones o manifestar nuestros puntos de vista sobre los más diversos temas: La expresión espontánea por excelencia es la conversación, que utilizamos en las situaciones cotidianas de la vida.

Cuando exponemos de forma reflexiva algún tema lo hacemos generalmente, aunque no siempre de forma objetiva, tras haberlo pensado y analizado detenidamente. Utilizamos esta modalidad expresiva en los discursos académicos, conferencias, charlas, etc. y algunos programas de los medios de comunicación.

Expresión oral espontánea:

La principal finalidad de la expresión oral espontánea es la de favorecer el rápido intercambio de ideas entre las personas, pero puede tener otras. La persona que habla es el centro del discurso coloquial, dirigido a un “tú” que escucha. A su vez el “tú” se convierte en “yo” cuando le contesta.

La estructura del discurso es generalmente abierta, ya que el texto se elabora en el momento mismo en el que se habla. El emisor puede variar su discurso, puede alargarlo a acortarlo en función de la reacción que causa en el que lo escucha.

La expresión oral por lo general es dinámica, expresiva innovadora. Cobra en ella gran importancia el acento el tono y la intensidad dados a cada palabra o frase, porque atraen o refuerzan la atención del oyente. La modulación de la voz, los gestos los movimientos de nuestro rostro y cuerpo, ayuden a comprender el verdadero significado del discurso; también influyen la intensión y el estado de ánimo de quién habla.

En la expresión oral se reflejan las variedades lingüísticas geográficas, sociales y de estilo, que ponen de manifiesto la procedencia y la cultura de quién se está expresando.

Al estar el discurso poco elaborado, en la expresión oral son frecuentes:

Ø Las interrupciones momentáneas, repeticiones, incoherencia y divagaciones.
Ø Las palabras comodín.
Ø Las muletillas.
Ø Las locuciones (grupos de palabras), los refranes o frases hechas.
Ø Las expresiones interrogativas y exclamativas.
Ø Las incorrecciones lingüísticas.
Ø Los errores de concordancia.
Ø Las frases sin terminar.
Ø Las metáforas coloquiales.
Ø Los sufijos diminutivos o aumentativos.
Ø Las intensificaciones.
Ø Las fórmulas de apertura o cierre de la conversación.
Ø Las fórmulas expresivas para mostrar conformidad, desacuerdo, enfado.

La expresión reflexiva:

Estudiantes en actitud de reflexión grupal.
La función es la de atraer, conversar o persuadir al oyente, La estructura del texto y la propia construcción sintáctica están más elaborados en la expresión oral espontánea. El vocabulario es más amplio, escogido y variado. El registro lingüístico tiende a ser culto.

Cuando conversáis estás entablando un diálogo, la forma de comunicación más directa en el que uno habla y otro responde, rebatiendo, refirmando o completando los planteamientos que se presentan. Es además un método ideal par a conocer a los demás e intentar solucionar problemas.

Quizás en el mundo actual se echa en falta algo más de diálogo. El diálogo, forma bipersonal básica de comunicación humana, es usado a diario y de forma espontánea durante de la clase, favoreciendo con su uso la socialización y el desarrollo de pautas de convivencia, así como también puede despertar interés por la transmisión oral.

Según Titote, R., el diálogo como intercambio oral y afectivo requiere: (----) ü “ Una presencia activa bipolar que exige, por consiguiente, una suficiente igualdad entre ambos interlocutores; ü Una alternancia en las réplicas y por consiguiente, un movimiento circular o bidireccionar; ü Un intercambio de información poseída tan sólo en parte o no poseída en lo absoluto; ü Una forma lingüística específica que privilegia determinadas estructuras sintácticas; ü Una concatenación sintáctico-contextual de las contestaciones, por lo cual el discurso presenta una cohesión y coherencia interna”.

Por todos resulta conocida la importancia del diálogo en una educación individualizada e integral, ya que en dicha educación, el principio pedagógico del aprendizaje es la acción, la cual ha de tenerse en cuenta para diseñar actividades que ayuden a los alumnos a aprender a interpretar y comprender cabalmente los mensajes para así lograr una mejor comunicación oral.

El diálogo es un tipo de discurso idóneo que puede ser aprovechado en aulas obladas o no donde se desarrollen las asignaturas de formación básica y de la especialidad para realizar intercambios constantes entre los estudiantes. Los docentes están en constante diálogo con los alumnos desde que llegan al aula y saludan, preguntan sobre un tema, revisan un ejercicio escrito u organizan un trabajo investigativo; en todo momento, por cualquier circunstancia, se origina un diálogo y quizás, no siempre son aprovechadas las oportunidades para afianzar destrezas específicas.

Esto interesa para resaltar la importancia que reviste el uso del diálogo con fines curriculares, pues, más que el intercambio entre dos personas, persigue un objetivo didáctico que consiste en trabajarlo no sólo como tipo de discurso, sino –y esencialmente- como técnica para potenciar el habla.

Se puede referir que el análisis de la comunicación por medio del lenguaje oral requiere tener en cuenta elementos relativos a la producción del habla los cuales intervienen en la determinación de la efectividad de la comunicación.

Analizar y organizar las ideas antes de comunicarlas, utilizar un lenguaje sencillo, directo, teniendo en cuenta el nivel del interlocutor, explicar o repetir, ser paciente para escuchar a los demás, verificar si fue captado el mensaje, cuidar la voz, la dicción, escogiendo un ritmo adecuado para hablar, son a modo de conclusión algunas recomendaciones que se deben tener en cuenta para favorecer la comunicación oral.

Bibliografía:

Báez García, Mireya. Hacia una comunicación más eficaz. Editorial Pueblo y Educación. Cuba. 2006.
Figueredo Escobar, Ernesto. Técnica del habla. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de la Habana, 1989.
González Castro, Vicente. Profesión: comunicador. Editorial Pablo de la Torriente. Ciudad de la Habana, 1989.
Plan de estudio de la carrera de Comunicación Social. Universidad de la Habana.
Ruiz Iglesias, Magalys. Didáctica del enfoque comunicativo. Méjico, 1999.


[1] Queremos hacer notar que este documento no es de nuestra autoría y, por tanto, no nos pertenecen los derechos autorales. Solo lo presentamos para el consumo de mis estudiantes de Lengua Española en la universidad. Este trabajo esta calzado con la firma de sus autores, manteniendo todos los derechos autorales.

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